Es un antiguo pueblo de habitantes prehispánico cazadores recolectores, que atrajo población española por las minas de oro descubiertas a mediados del siglo XVIII en los alrededores. Poco a poco se formó su centro de población y se construyó la iglesia de San Antonio. El 20 de marzo de 1831, la Asamblea de Aconcagua le otorgó el título de villa. San Antonio de la Unión de Putaendo fue el primer poblado al que llegó el ejército patriota en 1817. Cuatro siglos antes, en 1485, durante la expansión inca de Túpac Yupanqui, su hijo Huayna Cápac cruzó el macizo andino y descendió por este valle, acampando en Putaendo e incorporando el valle del Aconcagua a la civilización Inca. También se detuvo aquí la expedición de avanzada de Diego de Almagro, en 1536. La razón del tránsito de incas y españoles se debe a que el "camino del inca" pasaba por este valle. Dicha ruta fue la comunicación más expedita entre las tribus de los valles de La Ligua, Aconcagua y Mapocho.
El trazado del pueblo se extiende longitudinalmente de sur a norte y su centro histórico ha sido declarado Zona Típica. Hacia el sur está el área de comercio, estructurada en forma de «calle larga», con fachadas de adobe de los siglos XVIII y XIX. En su extremo norte está la plaza, con grandes árboles. En sus costados se ubican los edificios públicos.
El significativo asentamiento indígena de existente en la zona a la llegada de los europeos, su cercanía a Santiago, centro inicial del desarrollo científico y museológico del país, y la presencia en el valle de los impresionantes cementerios de túmulos o "ancuviñas", son algunas de las razones que explican por qué el valle del Aconcagua se cuenta entre las primeras zonas de nuestro país en donde se desarrollaron investigaciones arqueológicas a fines del siglo XIX y principios del XX.
Tal como hemos señalado, esta situación ha comenzado a ser superada durante los últimos años con la ejecución en la región de investigaciones con problemáticas específicas y marcos teórico-metodológicos definidos, lo cual ha permitido comenzar a conocer la especificidad cultural y cronológica de los procesos culturales del curso superior del río Aconcagua. En ese marco es en el cual se han estudiado distintas zonas de la región, tales como el estero Lo Campo, el curso cordillerano del río Aconcagua, el estero Pocuro y el curso superior del valle del río Putaendo.
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