Período precolombino
Artículo principal: Historia precolombina de Chile.
Hacia el siglo XV, los incas se establecieron sobre la ribera del valle del Río Aconcagua, sometiendo a los nativos del lugar (cultura chincha chilena), y comenzaron a establecer asentamientos en el sector, favorecido por el buen clima, la vegetación, la geografía y la cercanía con la cordillera. El principal de estos asentamientos fue denominado de distintas maneras hasta que finalmente recibió el nombre de Aconcagua.
Descubrimiento y conquista española
Artículo principal: Conquista de Chile.
El 3 de julio de 1535, el adelantado don Diego de Almagro salió del Cuzco en busca de riquezas, especialmente oro, que a decir de los incas era abundante en las regiones del sur del imperio (lo que hoy es el norte y zona central de Chile). Para ello emprendió un sacrificado viaje a través de la cordillera, con muchas dificultades y costo de vidas humanas. En su travesía, los conquistadores sometieron por la fuerza a los nativos, con violencia. Llegado a la zona de Aconcagua, Diego de Almagro se da cuenta que no había tales riquezas que se hablaban en Perú, por lo que decide regresar, y en sus escritos da el nombre de Chile a esta zona, pues así lo habrían llamado los incas. Más tarde, en 1539, salió del Cuzco don Pedro de Valdivia, con la intención de dominar estas tierras para la corona española. Sin embargo, encontró una tenaz resistencia de los indígenas, comandados por el cacique Michimalonco, amo y señor de estas tierras, muy temido entre los mismos indígenas. No obstante, en una emboscada que éste intentó tender a los españoles, resultó prisionero, por lo que para obtener su libertad, facilitó 1200 de sus hombres para proporcionarle a Valdivia la información acerca de los yacimientos de oro de Marga Marga. Cuando Pedro de Valdivia viajó a Santiago a controlar una sublevación, Michimalonco y sus hombres asaltaron un astillero en Concón, y con ello prepararon una sublevación que arrasó Santiago el 11 de septiembre de 1541.
En esta zona se desarrollaba una fértil agricultura, que servía a los expedicionarios que cruzaban la cordillera para abastecerse de animales y vegetales diversos, lo que facilitó la fundación de poblados como Mendoza.
Pedro de Valdivia otorgó la propiedad de estas tierras a Monseñor Rodrigo González Marmolejo, primer Obispo de Santiago, quien intentó controlar a Michimalonco y sus hombres con gran dificultad. Más tarde, en 1552, el Gobernador puso a los indios y a las tierras al cuidado de Francisco de Riberos, uno de sus mejores soldados.
El 2 de marzo de 1561, el valle y el pueblo de Aconcagua fueron asolados por un gran terremoto que provocó pánico en la población, dejando tras de sí una secuela de muertos, heridos y daños.
Desarrollo de la aldea de Aconcagua y creación del Partido de Aconcagua
El desarrollo del territorio origina un nuevo ordenamiento territorial, surgiendo así entre 1596 y 1602 el Corregimiento de Aconcagua, al que se agregó el de Quillota, existente desde 1590. El ´primer corregidor de Aconcagua fue don Diego de Huerta, iniciativa que se atribuye al gobernador Alonso de Ribera. La población indígena logra mejor trato al disponerse normativas legales al respecto. El valle y la aldea continúan creciendo como un centro de producción y provisión agrícola y ganadero, formando parte de una importante ruta comercial a través de la Cordillera de Los Andes. Entrado el siglo XVIII, se construyen viviendas, se abren negocios para la actividad comercial y se mejoran los caminos para facilitar el tránsito entre Chile y Argentina. Un importante avance en la zona es la creación de Curimón en 1660, caserío que surge al amparo de un convento de franciscanos. Más tarde en 1740, el gobernador José Antonio Manso de Velasco crea la Villa de San Felipe el Real, como principal centro poblado de la zona, articulando así un sistema administrativo que permitiera poner orden en la zona y facilitar el transporte y el comercio.
Fundación de Los Andes
Corría el año 1788 cuando en el mes de octubre, el Gobernador del Reino de Chile, don Ambrosio O'Higgins, realizó una expedición por el territorio para conocer directamente las necesidades de la población, fomentar el comercio y la industria, y examinar el ordenamiento administrativo establecido. En ello, se propone examinar puntos donde establecer fortificaciones y centros poblados. Uno de los primeros lugares que visitó fue Aconcagua.Se detuvo en visitado Curimón, situado actualmente en el camino que une San Felipe y Los Andes, donde se ubica desde 1660 el convento franciscano de Santa Rosa de Viterbo, y lo había elegido para fundar una villa, pero el Párroco y los vecinos de Curimón le hicieron ver la conveniencia de fundar la nueva Villa en el sitio de las Piedras Paradas, más al oriente, ya que era un lugar más accesible para los viajeros.
El 31 de julio de 1791 el Gobernador del Reino de Chile, don Ambrosio O'Higgins firma en Santiago el decreto de fundación de la Villa Santa Rosa de Los Andes en el lugar conocido como "Las Piedras Paradas", pues era una zona fértil que cumplía con las condiciones para establecer un poblado que diera reabastecimiento y hospedaje a los viajeros que cruzaban la cordillera de los andes. Le dio el nombre de Santa Rosa en honor a Santa Rosa de Lima, primera santa americana, y de Santa Rosa de Viterbo, patrona del convento franciscano de Curimón.
Más tarde, el gobernador Gabriel de Avilés, realizó la repartición de los solares entre los vecinos y dispuso el trazado de la villa, obra para la cual contrató al arquitecto Joaquín Toesca, el mismo que realizó el proyecto del Palacio de la Moneda y la Catedral Metropolitana de Santiago. El primer alcalde fue don José Miguel de Villarroel y el primer párroco fue el Presbítero Bernardo Barahona.
Hacia 1798, el nuevo alcalde don José Ignacio Díaz Meneses elaboró el primer plano de la villa, formado por 64 manzanas. También presentó la solicitud para formar el Partido de Los Andes, separado del partido de Aconcagua, con capital San Felipe.
Período de la Independencia
La villa adquirió notoriedad en la época de la Independencia de Chile, pues después del Desastre de Rancagua pasaron por ella las tropas patriotas en dirección a Mendoza. Previamente, la villa había colaborado con hombres para formar parte, como soldados, del ejército patriota para enfrentar a los realistas.
En 1817, una sección del Ejército Libertador de los Andes que cruzó por el paso de Uspallata al mando del coronel Juan Gregorio de Las Heras, tomó posesión de la villa de Los Andes, liberándola de la autoridad realista (18 de enero de 1817), siguiendo horas más tarde camino hacia Curimón, donde se juntarían con la sección principal de las tropas, comandada por Bernardo O'Higgins y José de San Martín para seguir rumbo a Chacabuco donde el 12 de febrero de 1817 vencieron sobre los realistas y pudieron más tarde recuperar Santiago.
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