Durante la época de auge del carbón, Lota tuvo enormes riquezas económicas. De ser un poblado agrícola, con la llegada de la revolución industrial de mediados del siglo XIX pasa a ser un importante polo de desarrollo a escala internacional. Buques de distintas banderas recalaban en puerto y llevaban el mineral a países europeos y norteamericanos.
El periodo glorioso se reflejó principalmente en la tipología arquitectónica y la morfología urbana de la ciudad. Las antiguas instalaciones industriales, los edificios públicos, los pabellones y la Avenida Carlos Cousiño en conjunto con los miradores son el mejor testimonio de un asentamiento de carácter excepcional y de valor universal. En la historia urbana de la ciudad, se distinguen tres etapas que marcan su existencia en el tiempo. La primera data de 1661 y su fundación como fuerte bajo el nombre de Santa María de Guadalupe, durante la gobernación de Ángel de Peredo. En esa época predomina el trazado español en damero, la clásica cuadrícula ortogonal de las ciudades americanas colonizadas por los españoles que se sostiene durante dos siglos.
Durante ese período prevaleció el vocablo mapuche de "Louta", que significa "pequeño caserío". Ello porque la comunicación en la guerra de Arauco se daba, a través, de los fuertes de Concepción, San Pedro y Colcura, por lo que este poblado carecía de importancia estratégica y militar tanto para los indígenas como para los conquistadores.
La segunda etapa transcurre mucho más tarde con la aparición de los yacimientos carboníferos, donde se produce un rápido crecimiento urbano y una explosiva densidad de población. En la planificación territorial aparecen los pabellones mineros; viviendas colectivas de obreros y empleados y los distintos niveles de urbanización en la ciudad, con equipamiento e infraestructura para la comunidad, según clase social.
Lota deja de ser un primitivo villorrio a ser una ciudad con un proceso de desarrollo sostenido. El descubrimiento y explotación del yacimiento minero en los cerros norponientes de la ciudad, traen como consecuencia la expansión urbana a mediados del siglo XIX. Esta zona se conoce como Lota Alto, área que se extiende sobre las cotas de los cerros, con una morfología sinuosa, diferente al damero rígido de Lota Bajo.
El último período aparece después de la segunda guerra mundial, con la utilización de nuevas fuentes de energía, reemplazando al carbón que hasta entonces predominaba en la industrialización de la época. Los costos extractivos se elevaron, restándole competitividad. A esto se suma el terremoto de 1939, que devasta la ciudad y provoca la pérdida irreparable de valiosos edificios de la época, provocando graves problemas y conflictos sociales, como la depresión económica y la reconversión de la ciudad.
Junto al auge del mineral aparece en la ciudad la vida urbana colectiva, se comienzan a levantar las primeras instalaciones e infraestructura para sustentar la creciente vida de la comuna, principalmente en lo que se refiere a equipamiento comunitario. La conformación de la ciudad y de la actividad industrial da paso a la creación de un movimiento sindical y político que marcará la historia político social de Chile.
La historia del carbón define la morfología urbana de la ciudad. Anterior al hallazgo de la mina no existía población realmente conformada. Antes de llegar a la zona Don Matías Cousiño en 1852 provocó la llegada masiva de trabajadores a las faenas mineras y diez años después de iniciada la explotación carbonífera Lota Alto presenta los primeros esbozos de conformación de ciudad mejorando su fisonomía urbana.
La tipología arquitectónica de la vivienda colectiva minera se caracteriza por conformarse por pabellones de fachada continua, compuesta por unidades habitacionales idénticas de estructura en doble crujía en madera, que cruzan horizontalmente su ancho y sostienen verticalmente dos o tres niveles. Actualmente el MINVU, a través de la aplicación de subsidios a rehabilitado estos inmuebles de valor patrimonial lo que permitió devolverles en gran medida sus características originales.
La vivienda consta en un primer piso consta de un espacio que acoge las funciones de cocina, comedor y estar, incorporándose un fogón a carbón en uno de sus extremos. La puerta de acceso es el umbral que conecta el espacio público del privado por medio de un corredor lateral que configura la fachada principal del pabellón. El segundo piso está conformado por tres dormitorios de padres e hijos, los matrimonios en espacios mediterráneos característica propia de la mina y los niños en recintos con ventanas.
La historia entrega estadísticas del número de pabellones que existieron en Lota Alto. La información aparecida posterior al terremoto del año 1939 catastró 130 viviendas en buen estado de 2205 existentes. Después la catástrofe natural se repararon 1971 viviendas y se construyeron 379 unidades nuevas. Entre los años 1947 y 1952, el desarrollo habitacional se incrementa en 371nuevos hogares, organizados en pabellones.
En el año 1953 se cumple el centenario de la Fundación de la Compañía Minera, la ciudad cuenta con 1498 viviendas colectivas organizadas en pabellones destinadas para obreros y empleados de la mina. Los pabellones según catastro, agrupaban entre 15 a 20 viviendas en torno a una calle y se deduce la existencia de alrededor de 100 edificaciones de estas características, dándole a Lota Alto una conformación urbana única y distinta a las fundaciones españolas en base al damero.
Al comparar el riguroso trazado ortogonal de Indias con el sinuoso emplazamiento de los pabellones en la cordillera de la costa, el conjunto urbano de la ciudad adquiere una importante riqueza por la singularidad en las relaciones urbanas, en donde la armonía de la sinuosidad de la cota y la estructura rígida del plano del valle contrastan y se complementan, dando como resultando un asentamiento único y de valor universal.
Las viviendas se adosan lateralmente conformando volúmenes horizontales, complementados por espacios corredores cuya modulación y proyección acentúa la tensión horizontal, Los pabellones se articulan entre sí, a través, de espacios miradores, al mar y Lota Bajo. Los edificios públicos responden al estilo ecléctico Art Decò, moderno, según la época se ubican respetando y articulados con la calle Carlos Cousiño. Organizándose en forma libre a lo largo del camino sobre el cerro que parte del extremo norte en el pique centinela y remata en el sur en el muelle de embarque.
Para apreciar la importancia de Lota, hay que comprender que el comportamiento del hombre en el transcurso de su vida está entre el pasado latente de su subconsciente y su proyección futura instruida o imaginada. Sus actos son un constante devenir entre estos dos polos, donde las decisiones son producto de una confrontación entre lo conocido en experiencias precedentes y patrimoniales que forman la base de su actuar en lo más o menos previsible y en lo desconocido del futuro.
Múltiples factores configuran la vida pasada de las personas, pero ninguno tiene lo significativo que resultan los espacios construidos, sean arquitectónicos o urbanos. La observación muestra que en los asentamientos humanos permanecen sus ideas generatrices, manteniendo invariable el trazado fundacional aunque cambie la arquitectura y el espacio urbano en el tiempo.
La historia de la ciudad minera de Lota tiene sello semántico y simbólico, de carácter imperecedero. El legado patrimonial de la industria del carbón, permite grabar en la memoria del visitante vivencias con percepciones únicas y excepcionales, dado por el rol y carácter claramente definidos de la ciudad y la fuerte identidad de la comunidad.
Sin lugar a dudas los rasgos que marcan el carácter de asentamiento excepcional lo otorga el potente desarrollo de la industria minera del carbón. Los dueños de la mina, Don Matías Cousiño y posteriormente su hijo Luis, recrean en Lota, una ciudad, con fuerte influencia estitlistica de la industria Inglesa de principios del siglo XX.
A Lota llegaron ingenieros Ingleses que participaron en el diseño y construcción de las poblaciones para obreros y empleados ubicadas en la zona industrial y denominados "Company Town". Con un sistema de organización social que condicionaba la conducta de los mineros, satisfaciendo sus necesidades básicas y reglamentando sus derechos y deberes en la actividad productiva, vida familiar y social.
Cualquier modificación que transforme su concepción original o simplemente demuela estos edificios e incorpore elementos urbanos ajenos hará perder o debilitará la poderosa imagen identitaria y carácter de valor exepcional que hoy distingue a Lota.
Hoy, a la luz de los acontecimientos del cierre definitivo de las labores extractivas del carbón, en 1997. Cabe la certeza que cualquier esfuerzo que tienda a la renovación o reconstrucción de los elementos que definen la ciudad, de acuerdo con el objetivo de rescatar los valores excepcionales del sector Lota Alto, asegurarán la permanencia en el tiempo de los signos identificatorios del espacio creado.
Salvo disposición en contrario, en este sitio web, todas las marcas registradas, derechos de autor, contenido, información de negocios, los métodos, las representaciones gráficas, diseños, logotipos, documentación, iconos, imágenes, clips de audio, descargas digitales, compilaciones de datos y software y la compilación de todo el contenido de este sitio en esta página web es propiedad de los sitios origen.