El nombre de La Calera, tiene su origen en la producción de cal que se obtiene del procesamiento de la piedra caliza (carbonato de calcio), extraída de las minas de los cerros del límite sur de la comuna, las cuales eran ya explotadas por indígenas chilenos y peruanos hace unos cuatrocientos años. La antigua hacienda de La Calera, que comprendía los terrenos denominados hoy Artificio y El Olivo, perteneció originalmente a los Jesuitas hasta el año 1767, en 1842 fue adquirida por el ciudadano boliviano don Ildefonso Huici, quién empezó a industrializarla con productos de la zona. Con este proceso, en el año 1844 empezó a formarse el conglomerado de viviendas que poco a poco fueron dando vida a lo que hoy es la ciudad de La Calera.
La Calera, en tiempos de la conquista española estuvo habitada por indios subyugados al Inca Yupanqui. Este, alrededor del año 1450 había llegado en sus conquistas hasta la Provincia de Atacama y desde ahí, envió al Sur a Sinquiruca, príncipe de sangre real. Sinquiruca, comprometió a los indios de los valles copiapinos, coquimbanos, quillotanos y mapuchinos a pagar tributo anual en oro al inca; habríanse encontrado entonces, los habitantes del valle de La Calera.
Cien años mas tarde, 1540 después de la desastrosa visita de don Diego de Almagro, primer descubridor oficial de Chile, los españoles decidieron volver bajo el mando de don Pedro de Valdivia. Este al entrar a los valles septentrionales, encontró tribus de indios que le opusieron resistencia, después de haber sufrido la dominación de los Incas. Así fue, como los atacaron grupos diseminados por todos lados. Pero, los españoles pese a estos ataques, pasaron por Copiapó, Coquimbo, Quillota y Melipilla. Valdivia hizo construir por esos mismos años una fragata en el río de Chile, ahora Aconcagua.
En 1543, los quillotanos mataron a los soldados que cuidaban una mina; uno de los indios llevó al Comandante Gonzalo Ríos una olla llena de oro, diciéndole que había encontrado varias iguales, en el interior del país; los españoles le creyeron y los indios les emboscaron, destruyeron la fragata y sus constructores. A la vuelta de Valdivia fueron severamente castigados. Con los antecedentes expuestos, encontramos que por 4 valles de La Calera, pasaron los incas y los españoles sucesivamente y que sus principales riquezas eran minas de oro, cobre y caliza. En Pachacama habían levantado los Incas un templo en honor a su Dios: "Pachacamac ".
Después La Calera pasó a formar parte de la rica herencia de los Jesuitas, que en 1628 adquirieron los territorios de La Cruz y luego, La Calera misma, Ocoa fue adquirida por $ 400. Los Jesuitas trabajaron en el oro de Ocoa y las calizas de las minas de La Calera. Esta fábrica de cal fue la primera que hubo en Chile, y estuvo en La Cruz. Posteriormente se trasladaría a La Calera. En 1767 los Jesuitas fueron expulsados de los dominios españoles. Por aquellos años La Calera, un punto de confluencia del antiguo camino real al norte, se le conoció con el nombre de: "Camino a Coquimbo” o "El Camino de Chile". Posteriormente estuvo dividida en dos haciendas, de las cuales la más pequeña perteneció a Don Ramón Ovalle y Vivar, descendiente directo de los Lisperguer.
Hacia fines del siglo XVIII llego a Chile don Manuel de Torrejón y Puente, natural de Torcaz. En 1778 Don Manuel Torrejón fue Corregidor de Quillota y con la dote de su esposa, doña Ignacia, compró este primer Torrejón la heredad de Campofr¡o. El nieto del primer Torrejón fue dueño de La Calera hasta 1811, fecha en que vendió a don Ramón Ovalle y Vivar, de profesión agrónomo, quien plantó nogales, almendros y olivos en su heredad. Don Ramón Ovalle de dio su nombre a una parte de La Calera, que fue conocida entonces como "La Calera de Ovalle ". La Calera de Ovalle pasó a pertenecer alrededor de 1877 al señor Díaz Gana, comprándola en la suma de
$ 87. 000. La otra Calera, fue "La Calera de Huici " adquirida en 1842 por el ciudadano boliviano don Ildefonso Huici, quien se preocupó de la industrialización del pueblo, con los productos de la región. As¡ fue como a fines del siglo pasado, don Benjamín Vicuña Mackenna, escribe en su diario; "Lo que Calera conserva intacta es su cal y su chicha, especialmente La Calera-Huici ".
Este caballero murió en 1871, quedando como apoderado de sus bienes don José Huici Arguedas, en representación de su madre doña Manuela Arguedas viuda de Huici. La familia Huici instaló su hogar en lo que actualmente es el Liceo Industrial de La Calera. En 1870 se instaló el primer molino de harina, de propiedad de los señores Manuel Silva y Miguel Morel.
Diez años más tarde, separada esta sociedad, don Manuel Silva construyó lo que hasta algunos años atrás fue el molino de harina de propiedad de don Alejandro Silva de la Fuente. Hubo también en el siglo pasado pequeñas fábricas de cemento, entre las que merece recordarse las firmas de: José Regis Cortes, Carlos Cousiño, Enrique López Maqueira y Juan Geiger. Estos fabricaron una especie de cemento molido parecido al material calizo. Los Huici dejaron tres hijas Adriana, Josefina y Teresa. doña Josefina estuvo casada con Don Enrique López Maqueira, quien falleció en Austria. Su viuda se volvió a casar con un conde Austriaco: don José de Corwin, no tuvieron descendencia. Cuando don José de Corwin llegó por primera vez a La Calera, fue recibido con bandas de músicos por el Alcalde entonces: Señor Alejandro Silva de la Fuente.
Las principales calles de La Calera llevan los nombres de las mujeres de la familia Huici y hasta 1935 los Huici decían refiriéndose a estas: "Cualquier día de estos sembramos estas calles ". don José Huici donó los terrenos necesarios para la construcción de la Estación de FF. CC. del Estado, Escuela y Parroquia. Y en 1888 la franja de terreno para el arranque de la red longitudinal Norte y para un Hospital. De acuerdo a una ley despachada en 1893, La Calera fue tomada en cuenta entre los pueblos que deberían tener su propio gobierno comunal, dándosela para su creación las Subdelegaciones 7, 8, 9 y 12 que correspondían a La Calera, La Cruz, Charravata y Pocochay. El 6 de Mayo de 1894 se constituyó la primera Municipalidad siendo su primer Alcalde don Alejandro Silva de la Fuente, próspero comerciante e intelectual. El primer Alcalde de La Calera se preocupó de dotar al pueblo de luz eléctrica, este señor tuvo una gran industria de molino y murió siendo Presidente de la Academia Chilena de la Lengua. En 1906, don Carlos Barroileth, Ingeniero, alentado por Don Alfredo Cox, dueño de la hacienda El Melón, estudió la primera posibilidad de instalar en La Calera una verdadera fábrica de Cemento Portland. Esta idea sería el primer paso hacia la futura industrialización del pueblo, con una principal riqueza: las minas de calizas.
El señor Barroileth, financiado por el señor Cox partió a Dinamarca con muestras de las calizas chilenas y con este viaje se aprobó la posibilidad de instalar en Chile una fábrica con una capacidad de producción de 30.000 toneladas al año. A su regreso se redactó el "Sindicato ", como se llamaba en aquel tiempo a las Sociedades Anónimas. La primera maquinaria de cemento llegada al pueblo fue danesa y llegó en el barco "Bratting Borg", además traslado en este mismo medio de transporte, casas de madera para sus empleados daneses, escuelas, profesionales daneses, 600 barriles de cemento ruso, jefes y personal encargado del funcionamiento de cada máquina, acompañados de sus esposas e hijos.
Año y medio demoró la instalación de la primera fábrica de Cemento Melón gobernaba a Chile, don Pedro Montt. En 1928 se eliminó la comuna de Ocoa lo que vino a agregar una zona agrícola compuesta por los fundos Batuco, Vista Hermosa, Maitenes, Hualcapo y Las Palmas. Anteriormente fue quitada La Cruz y con ella Pocochay y Charravata. En 1932, la Municipalidad presidida por su Alcalde don Blas Olivares, propuso a la Dirección de Obras Públicas que dotara a la ciudad de agua potable y alcantarillado, servicios de los cuales carecía. Desde esta fecha a la actualidad la ciudad de La Calera ha continuado desarrollándose en forma activa, teniendo un destacado lugar en el ámbito nacional.
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