La historia de Traiguén se encuentra fuertemente unida al proceso de incorporación de las tierras de "La Frontera" al Estado chileno a fines del siglo XIX. Por lo tanto, como muchas ciudades de La Araucanía, Traiguén nació como un puesto militar, una avanzada del Ejército de Chile para asentarse en esta zona del país.
Como señalan las crónicas de la época, el 2 de diciembre de 1878 fue fundado el fuerte de Traiguén por el coronel Gregorio Urrutia y su Amigo C. Riquelme V., asentándose esta división en los dominios del gran Quilapán, quien diez años atrás había impedido que el Ejército lograra su cometido en el área.
Ya en 1879 se instaló el telégrafo en el sector, lo que permitió una rápida comunicación con otras zonas del país. Asimismo, junto a los militares llegaron cientos de personas con el ánimo de quedarse a morir en el sector, por lo cual se organizaron para realizar las tareas propias de una ciudad naciente: ubicar la plaza, los rancheríos, iglesia, las tiendas, etc.
La gente empezó a trabajar en la ganadería y la agricultura. Posteriormente, se instala en Traiguén José Bunster, quien levantó importantes industrias y servicios comerciales, además de dedicarse a la floreciente agricultura, con su socio C. Riquelme.
En 1883, el mismo José Bunster instala un molino de cilindros que operaba con energía eléctrica, siendo uno de los primeros en su tipo en Sudamérica. Por lo demás, permitió otorgar luz eléctrica a un importante número de familias.
Son muchos los hitos de progreso que marcan a esta comuna, entre ellos destaca que en 1903 comenzara a operar la primera locomotora eléctrica en Chile, bajo la administración de Juan Widmer y Braulio Núñez, y que hoy se ubica frente a la Estación de Ferrocarriles.
Por su parte el Aeropuerto Traiguén, permitió conectar a la ciudad con el resto de Chile y el mundo, enriqueciendo la cultura local, viendose reflejado, por ejemplo, en la arquitectura vanguardista europea del Mall de Trigo, ubicado en calle Santa Cruz, área donde se concentra el sector comercial de la ciudad.
Por lo demás, fue un espacio floreciente para el periodismo regional, que encontró en este lugar la energía necesaria para crecer, destacándose el diario "EL Colono", que dejó huellas en los habitantes de "La Frontera".
Como se señaló a comienzos del siglo XX, la comuna se caracterizó por su prosperidad, lo cual significó que la zona atrajera a un alto número de inversionistas de distintas partes que vieron en estas tierras una buena alternativa para hacer riqueza, lo cual redundó en un abundante comercio y dinámica vida económica.
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